sábado, 29 de octubre de 2011

Dos

             Mario

Mario tiene ocho años de vida, mira por la ventana porque es lo que más se le parece al mundo real, vive en una pequeña habitación de hospital, con las paredes blancas y las sábanas a juego. Mario quiere tener amigos, quiere salir de la habitación y correr, y correr… correr hasta que le sangre los pies y le duelan las piernas, quiere sentir el viento en su cara y que le  despeine el cabello, como antes. Mario quiere volar cometas en la orilla de la playa con sus padres, quiere aprender a bailar y conocer a chicas tan guapas como las de las películas, quiere cogerlas de la mano, susurrarle cosas bonitas al oído y besarlas. También quiere viajar y ver mundo, quiere ir a Londres, París, Roma… pero sabe que nunca podrá hacerlo, lo tiene asumido y por eso no se pone triste. Es muy fuerte y valiente para su edad, él no llora, al contrario que su padre y su madre, aunque lo hagan bajito y escondidos, él puede escucharlos. ¿Sabéis que quiere también? Quiere aprender a andar en bicicleta sin ruedines, como los chicos mayores y cazar luciérnagas en las noches de verano, quiere abrir la ventana y echar a volar, como los pájaros que le despiertan cada día, quiere volar tan alto y tan lejos que nadie pueda encontrarlo. Mario quiere sonreír, hace mucho que dejó de hacerlo y lo echa de menos. Siempre lleva una pañoleta roja en la cabeza para ocultar que no tiene pelo, aunque a él no le importa, dice que la lleva roja porque es la que llevan los piratas de sus libros, esos que viajan por todo el mundo, que luchan con espadas, que llevan tesoros enormes y se quedan con las chicas más hermosas, Mario a veces quiere ser uno de ellos. Puede que Mario no llegue al año que viene, puede que nunca vaya a un baile y que nunca bese a una chica. Mario quiere vivir hasta los cien años, aunque sabe que no pasará de los diez. Seguramente vosotros, que leéis esto, ya sepáis lo que le pasa a Mario, tiene cáncer, por eso quiere pediros que hagáis una cosa por él, me lo ha dicho al oído muy muy bajito: quiere que sonriáis cada minuto de vuestra vida y que la aprovechéis por él, que no puede hacerlo, quiere que seáis valientes aunque las cosas se pongan muy muy muy muuuuy feas, aunque no lo sepáis Mario os ha hecho un regalo, es un regalo pequeño, pero un regalo al fin y al cabo: os ha regalado una sonrisa, la única en mucho tiempo, aprovechadla porque puede que sea la última.                                        

1 comentario:

  1. Yo también quiero cazar luciernagas :)
    Me gusta la entrada tienes nueva seguidora!
    Un besito!
    http://peoplearenotperfect.blogspot.com/

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